Tras varios retrasos e innumerables presiones por parte de las asociaciones de lobbistas, el Parlamento Europeo deberá votar el informe Stubb sobre la Iniciativa Kallas, el próximo 8 de mayo, en sesión plenaria. Será la primera vez que el Parlamento Europeo dedique una sesión plenaria de esta institución y la primera vez que el controvertido papel de los lobbistas corporativos ocupe la agenda de las instituciones comunitarias. El propio Parlamento Europeo creó a finales de los años 90, un registro de lobbistas acreditados ante el Parlamento mediante una tarjeta de acceso total, incluidos plenos y comisiones, a sus dependencias. Según los datos del Parlamento, actualmente, son 4.435 los lobbistas oficialmente registrados en la Eurocámara, lo que, con un aforo de 732 escaños, da una proporción de ¡seis lobbistas por diputado!
Según estimaciones oficiosas comúnmente aceptadas, sólo en Bruselas, la capital de la Unión Europea, operan unos 2.000 lobbies que dan empleo a entre 15.000 y 20.000 "cabilderos", repartidas por los departamentos de "asuntos regulatorios" de las empresas multinacionales, las asociaciones empresariales, ONG's, agencias de relaciones públicas, consultoras de "asuntos públicos", bufetes legales e institutos de ideas o think tanks.Según el Observatorio de la Europa de las Corporaciones (CEO), una fundación anti-lobbies con sede en Amsterdam (Holanda), unas 200 multinacionales han abierto oficina en las cercanías de la Comisión Europea o de la Eurocámara para tratar con ellas asuntos de su incumbencia.
Ninguna gran empresa que se precie de vender sus productos en los mercados internacionales carece hoy de representación en Bruselas. Esta misma asociación estima que el gasto del lobbismo empresarial en la capital belga excede los 1.000 millones de euros al año, una cifra realmente mareante pero que no ha de extrañar demasiado si tenemos en cuenta que para la petrolera BP o la tabaquera Philip Morris, el alquiler de sus oficinas en la Plaza de Schuman (la misma plaza donde se ubica la Comisión Europea) les cuesta cada año la módica cifra de 300 euros por metro cuadrado. Por estos motivos, la Comisión Europea ha lanzado su Iniciativa por la Transparencia Europea, que, entre otras medidas, propone limitar las actividades de estos profesionales a sueldo de las corporaciones ante las instituciones políticas, un registro voluntario de lobbies y lobbistas e incentivos para hacer públicas sus actividades, naturaleza y financiación.
La propuesta, elaborada por el comisario europeo para Asuntos Administrativos, Siim Kallas, ha sido rechazada tajantemente por las asociaciones de lobbistas pero, aún así, está prevista su aprobación esta próxima primavera.
Más info: AmorHumorAcción
No hay comentarios:
Publicar un comentario